El me da su amor, yo duermo con dudas. Es tan sincero, contrario a tus defectos, pero seguís siendo el malo que no dejo de querer. Yo seré la cinderella; él el tonto que da pena y aunque vos no seas un príncipe azul, sos mi amor y mi dilema. Y al igual que en las novelas, sos el malo con una virtud: El no entiende el procedimiento cuándo y cómo darme un beso, vos en cambio encuentras el punto débil que me eleva hasta el exceso y ni siquiera se imagina de ese pacto misterioso con mi alma y mi cerebro. Tendría que volver a nacer, para ver si en otra vida me enamoro de él. No tiene la táctica adecuada para arrancarte de mi pecho, tu que me fallaste mil veces seguís siendo mi dueño. Que me pregunte ¿Cómo me conquistaste?, que anote tus truquitos en papel. No bastan los modales y ser fiel, si
yo deliro por el malo que me eriza la piel.